LUIS LÓPEZ CARMONA | OTRO MUCHACHO LUIS
M anizales, enclavada en la cordillera central de los Andes colombianos, es conocida por su cultura cafetera, la amabilidad de su gente y ser una ciudad universitaria con amplía oferta cultural. Además, los miradores se han convertido en un atractivo turístico. Su ubicación geográfica y particularidad topografía le da un encanto único: aquí, las montañas parecen formar balcones naturales desde donde se puede ver el alma del Eje Cafetero extendiéndose hasta el horizonte.
Y si hay algo que enamora de Manizales, son sus vistas. Por eso, aquí te mostramos tres miradores que te harán sentir que caminas entre nubes: el Corredor Polaco de la Catedral Basílica, la Torre al Cielo (o Torre de Chipre) y el Mirador de Niza. Tres lugares que te ofrecen postales inolvidables, y que te harán apreciar la belleza de la ciudad de las puertas abiertas desde las alturas.
1. Corredor Polaco: una joya gótica en las alturas
Ubicado en lo más alto de la Catedral Basílica de Manizales, el Corredor Polaco es un lugar que mezcla historia, arquitectura y vértigo. Este mirador es reconocido porque se encuentra a casi 104 metros de altura desde base la iglesia más alta de Colombia, y una de las más altas de Latinoamérica.
Para llegar a la cima, hay que subir en ascensor y luego tomar una escalera en espiral hasta pisar la pasarela externa que rodea el campanario. Desde allí se observa el Centro de Manizales, el Nevado del Ruiz (cuando el cielo lo permite), la Plaza de Bolívar, el edificio de la Gobernación de Caldas, y gran parte de la zona histórica de la ciudad.
Para subir a este mirador, el valor de la boleta es de $12.000 COP adultos ($3.20 USD), y $8.000 COP menores de 14 años ($2.13 USD). Solo se puede ascender a través de escaleras. Horario de atención: lunes a domingo de 9:00 a.m. a 5:00 p.m.
Dato curioso: su nombre “Corredor Polaco” es un homenaje a los inmigrantes polacos que ayudaron a la reconstrucción de la Catedral después del incendio de 1926.
2. Torre al Cielo (o Torre de Chipre): en el barrio más alto de Manizales
La Torre de Chipre, oficialmente llamada Torre al Cielo, es uno de los lugares favoritos tanto para locales como para turistas. Ubicada en el icónico barrio Chipre —zona alta, fresca y tradicional— esta estructura metálica de 40 metros de altura se erige como un faro que observa la ciudad y sus alrededores.
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Desde la cima se puede ver el Paisaje Cultural Cafetero, algunos municipios de Caldas, Risaralda y montañas de Tolima, el atardecer sobre la zona cafetera y, con un poco de suerte, los nevados. Tiene una plataforma con 360° de visión y un ascensor panorámico que permite acceder sin necesidad de subir escaleras.
Es la única plataforma en Latinoamérica en la que se puede caminar a través del corredor exterior. También se puede ascender por escaleras. Es un parque temático que cuenta con atracciones como: Sky Walk, columpio extremo, muro de escaladas, bar, cafetería y plazoleta de comidas. El valor de las atracciones está entre $5.000 y $20.000 COP ($1.33 y 5.33 USD).
Tips: 1. Ir a ver el atardecer desde la Torre de Chipre es uno de esos planes que te hacen sentir agradecido de estar vivo.
2. El parque de Chipre, justo al lado, tiene una oferta gastronómica excelente. Puedes tomarte un café mientras ves el cielo arder de colores.
3. Mirador de Niza: un sitio de encuentro en el Bulevar de Milán
Está ubicado en la zona rosa y gastronómica de Manizales. Esta estructura metálica sobresale con sus 22 metros de altura. Cuenta con dos telescopios cubiertos de largo alcance, y ascensor para facilitar el acceso de personas con movilidad reducida.
Este mirador se ha convertido en un lugar preferido entre los habitantes y turistas para ver amaneceres, hacer fotos y respirar aire puro. Su particularidad radica precisamente en eso: en su conexión directa con el paisaje. Desde aquí también se puede observar la cordillera, una vista más cercana del Nevado del Ruiz, la neblina bajando al amanecer y, la puesta del sol sobre las montañas de Manizales. El acceso a este mirador es gratuito.
Ideal para: caminantes, ciclistas y quienes buscan un plan tranquilo y sin multitudes.
Una ciudad para mirar y admirar
Manizales también se siente desde el aire, desde las alturas, desde los balcones naturales y construidos que nos ofrece su geografía y su historia. Estos tres miradores son testimonio de una ciudad que se levanta entre montañas y que invita a ser observada con calma, con respeto y con asombro.
Ya sea que estés de visita o vivas aquí, date la oportunidad de mirar Manizales desde arriba. Tal vez, cuando estés allá, en silencio y con el viento en la cara, entiendas por qué a esta ciudad la llaman “la fábrica de atardeceres”.




