H ey muchachos, ¿cómo van?

Seguramente todos hemos tenido inconvenientes con las cámaras de seguridad que hay en todos los barrios de Colombia.

Mejor dicho, barrio o cuadra que no tenga cámara de seguridad está en peligro de extinción, y cuando hablo de cámaras de seguridad me refiero es a esos vecinos y vecinas que están pendientes de todos sus movimientos: saben a qué hora sales, a qué hora llegas, con quién llegas, si te trajeron en carro, te trajeron en moto, o si llegas como araña fumigada del parrandón tan bravo que te diste con tus amigos; pero seguramente que las cámaras tienen hasta contabilizadas y apuntadas cada salida y cada llegada que haces, ¡hasta están pendientes de tu peso!, o sea, ni siquiera el nutricionista se atrevió a tanto.

Y esas son las que yo llamo cámaras de seguridad personalizadas. Y lo más chistoso del asunto es que cuando te roban en la puerta de la casa, dejas las llaves (o las embolatas) y no te abren, o cuando te están desocupando el apartamento, ahí si nadie sabe nada de ellas, se quedaron dormidas, no vieron nada, no se despertaron con el sonido de las llaves, y tampoco les parece raro un trasteo a las 3:00 de la madrugada.

Es que mejor dicho, ¡no le cabe a uno en la cabeza por qué se desactivaron esas cámaras automáticamente cuando sucede algo negativo y necesitas tener testigos!

cuando hablo de cámaras de seguridad me refiero es a esos vecinos y vecinas que están pendientes de todos sus movimientos»

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