H ey muchachos, ¿cómo van?

Vea, uno sabe que ya se está empezando a volver viejo, que ha crecido, que ha madurado a los golpes cuando va a comprar cualquier artículo, o cualquier cosa y hace de inmediato la conversión en el mercado de la casa.

Por ejemplo, en un almacén de ropa pregunta por la camiseta o el jean que está buscando hace muchísimo tiempo, y cuando le dan el precio, póngale $90 mil pesos y uno en ese momento de la conversión piensa que con ese dinero hace el mercado para la casa.

O va pasando uno por un restaurante, ingresa y revisa la carta; en el menú la entrada cuesta $60 mil pesos, uno ni siquiera está concentrado en los platos ni en lo que está leyendo, sino que ya está haciendo la conversión de todo lo que compraría o todo lo que cocinaría en su casa con ese mismo dinero.

Entonces ahí es cuando uno ya tiene que darse al dolor que se está envejeciendo

.